El Geoparque de Lanzarote es el escenario elegido por la Agencia Espacial Europea (ESA) para entrenar a los astronautas Pedro Duque, Luca Parmitano y Matthias Maurer. Se trata de la segunda fase del proyecto Pangaea, de entrenamiento en escenarios similares a Marte. Entre los instructores figuran geólogos del Instituto de Geociencias, un centro mixto de la Universidad Complutense y el CSIC.

Desde el pasado domingo, los astronautas Pedro Duque (ESA), Luca Parmitano (ESA) y Matthias Maurer (Eurocom) se están entrenando en un escenario muy similar a Marte, un análogo: Lanzarote, en las islas Canarias. Los tres astronautas están realizando travesías geológicas, cada una progresivamente más compleja, con cuestiones científicas que resolver.

Se trata de la segunda fase del proyecto Pangaea, un sistema de entrenamiento que la Agencia Espacial Europea está llevando a cabo en escenarios similares al planeta rojo. “Todo se está desarrollando fenomenal. La geología de Lanzarote es espectacular y sirve para estudiar escenarios como Marte o la Luna”, explica Jesús Martínez Frías desde la isla canaria. Martínez Frías, geólogo del IGEO (centro mixto Universidad Complutense-CSIC), es uno de los instructores del equipo de astronautas.

El primer paso del curso se basa en estudiar imágenes de satélite sobre los recorridos para luego hacerlos in situ, con contacto por radio con un equipo de científicos reunidos en la zona. A continuación se tomarán muestras de los lugares para realizar análisis posteriores.

Durante los recorridos, los astronautas seguirán un plan marcado pero cuando lleguen a la última etapa, ellos decidirán el lugar donde recogen las muestras en función de sus observaciones y de la información que dada por los científicos. Algo similar ocurre en los análogos espaciales, donde es necesaria cierta flexibilidad. Aunque las decisiones las toman con información previa, solo así consiguen tomar las muestras más relevantes, diversas y representativas para un análisis posterior.

Duque, Parmitano y Maurer desarrollarán sus propias habilidades durante la semana de duración del entrenamiento. En primer lugar, se fijarán en las demostraciones de los instructores. Después, seguirán una formación y, por último, serán más autónomos. Sus formadores analizarán su trabajo y volverán a los lugares donde los astronautas hayan recogido las muestras para analizar si se les ha pasado algo por alto. Esta es una oportunidad que los astronautas no tendrán en ningún planeta, por eso es especialmente importante entrenarse en un análogo planetario.

 

El equipo de científicos conservará las muestras recogidas por los astronautas cada jornada y discutirá los informes que reciban sobre la travesía del día anterior. A los astronautas se les comentarán estos documentos por escrito para mejorar no solo la comunicación oral, sino también las descripciones geológicas y los dibujos, que después serán usados por los científicos.

Uno de los platos fuertes del entrenamiento será la recogida de muestras dentro de un tubo de lava, una especie de cueva planetaria. Se han detectado muchas de este tipo en la Luna y en Marte. Excavadas bajo tierra, se convierten en buenos refugios contra la radiación. Además, podrían contener agua en el subsuelo por lo que son un escenario interesante para buscar vida extraterrestre microbiana.

“Estoy muy feliz por estar en esta preciosa región de mi país para hacer este curso. El entorno de Lanzarote es único en el mundo pero se parece mucho a lo que conocemos de otros mundos y que conocerán futuros astronautas. Trataré de hacerlo lo mejor posible en este curso con el que futuros astronautas recibirán el conocimiento que necesitan y que marcará la diferencia en la exploración de otros planetas”, afirma Pedro Duque, astronauta de la ESA.